Seguro que todos tenemos o hemos tenido en algún momento un instrumento al que hace tiempo que no hacemos demasiado caso. Y cuanto menos caso le hacemos, menos ganas nos dan de hacérselo… Hasta que un día lo necesitamos y está hecho un desastre. Cuerdas y hardware oxidado, electrónica que rasca, alma desajustada y una pátina de suciedad que cubre el diapasón y que amenaza con devorarnos los dedos si nos acercamos demasiado…
Si vuestro caso es este o parecido, aquí tengo un bajo LTD B-50 en esas mismas condiciones, listo para recibir un tratamiento de rejuvenecimiento y dejarlo de nuevo en plena forma.
Este instrumento pertenece a la serie económica de la compañía japonesa ESP Guitars y se trata de un bajo con el cuerpo de tilo; madera, a mi parecer no muy adecuada para un bajo, pero barata, ligera y especialmente resonante en frecuencias medias, lo cual le aporta un tono moderno, o al menos esa es la intención (o la excusa, más bien). Monta dos pastillas ESP, una simple en la posición del puente tipo Jazz Bass y una humbucker tipo Precission en la posición de mástil. 24 trastes extra Jumbo y mástil de arce con diapasón de palorrosa.
Obviamente, no podemos esperar gran cosa de él, ya que se trata de un instrumento dirigido a principiantes o para estudio, ya que el mástil, por sus dimensiones, resulta muy cómodo.
A continuación, os muestro algunas imágenes en detalle de su estado.
Podéis apreciar el oxido acumulado en el puente, las silletas y los tornillos y los muelles del puente.
En esta foto se puede apreciar que, aunque los trastes no están en mal estado de desgaste, una capa de suciedad lo cubre todo, así como ciertas zonas donde la madera comienza a abrirse por la sequedad.
Fijáos en estas fotos, cómo están enrolladas las cuerdas en los afinadores, con multitud de vueltas. La capa de suciedad y óxido ha llegado también a los afinadores.
Lo primero que haremos, como siempre, será retirar las cuerdas.
Efectivamente, la cuerda tenía una longitud excesiva alrededor de las clavijas. Esto puede ser causa de problemas en la estabilidad de la afinación.
A continuación, con una brocha suave, quitaremos la mayor parte de las particulas de polvo acumuladas en el cuerpo para evitar arañarlo cuando lo limpiemos con un trapo. Si es necesario, humedezedla en agua jabonosa, para evitar aún más los arañazos.
Una vez retirada la suciedad más evidente del cuerpo, pasaremos a desmontar el hardware para su limpieza. Para ello, debemos aplicar aceite lubricante tipo 3 en 1, especialmente en los tornillos de ajuste de altura de cada cuerda. Estos tornillos son muy susceptibles de romperse en la cabeza si los forzamos, atascados por el óxido, al sacarlos.
Una vez hecho esto, dejamos actuar al lubricante y vamos sacando, sin forzar, los tornillos.
Retiramos también los tornillos de la base del puente. Cuidado con el cable de masa de la electrónica cuando retiremos la base (en la segunda foto, marcado con un circulo rojo), ese cable debe ir justo en ese lugar, haciendo contacto con el puente cuando lo volvamos a colocar, para que la masa de la circuitería quede conectada con el resto del hardware del bajo.
Lo siguiente será desmontar las clavijas de afinación, retirando primero el tornillo de la cara porterior de la pala y después, ayudandonos con una llave inglesa, la tuerca de fijación.
Si el hardware está muy lleno de óxido y suciedad podemos optar por sumergirlo en Coca-Cola con un poco de bicarbonato. Esto eliminará la mayor parte del óxido, aunque debemos ser precavidos ya que puede atacar también al acabado de nuestro hardware, si este es negro, dorado u otro. Si no teneis experiencia, lo mejor es probar con una pieza aislada que no se vea mucho, por ejemplo la placa del jack.
Debo aclarar que en este caso no he marcado la posición de las piezas, ya que el bajo, aunque está dejado, no está viejo, y parece que aún no tiene vicios es sus piezas, como silletas marcadas por las cuerdas, etc. Si vuestro instrumento las tuviese, marcadlo todo con rotulador indeleble para poder montarlo todo en la misma posición que estaba originalmente.
Dejaremos el hardware sumergido en la mezcla al menos 24 h.
Mientras tanto vamos con el tratamiento del mástil. Cubriremos el diapasón con cinta de carrocero colocándola justo al borde de los trastes. En los trastes más anchos podremos colocar dos tiras de cinta y, en los más estrechos, una colocada tal y como se observa en las fotos.
En un lugar abierto y bien ventilado realizaremos el pulido de trastes con una bolita de lana de acero 000 (la podéis encontrar en cualquier ferretería) en movimientos longitudinales a lo largo del traste. Recordad que de lo que se trata es de limpiar y sacar brillo, no de desgastarlo, así que unas cuantas pasadas deberían ser suficientes para dejarlo suave y reluciente.
Pulidos todos los trastes, retiraremos la cinta del diapasón y pasaremos a limpiar la suciedad de la madera. Podemos frotar con un cepillo de uñas en seco o humedecido en esencia de trementina (más conocida como aguarrás; si es natural en lugar de sintética, mejor).
Limpio el diapasón, pasamos a aplicarle el aceite de limón para hidratarlo y cerrar todas las grietas que pudiese tener. Utilizamos un aceite especial de Dunlop que tiene un aplicador bastante incómodo que por su forma, no llega a las parte más cercanas de los trastes. Con un trapo limpio de algodón terminamos de extenderlo.
Dejamos que absorba el aceite. Si antes de 15 minutos lo ha absorbido todo, volver a aplicar. Todo lo que no absorba pasada media hora, hay que retirarlo con un trapo limpio.
Para la limpieza del cuerpo utilizaremos también un trapo limpio y suave de algodón humedecido con agua jabonosa. Secaremos con otro trapo y más tarde (cuando esté todo listo), remataremos con un limpiador pulimento y un trapo de microfibras, para un acabado brillante.
Una vez listas las piezas del hardware, las enjuagaremos con agua para quitarlas el azúcar que pudiesen tener y las secaremos con un trapo. Frotándolas con un trapo de algodón empapado con una mezcla de alcohol y amoniaco al 50/50, las terminaremos de limpiar y sacarlas brillo. Os recomiendo usar guantes para esto, ya que estos productos irritan bastante la piel y eso, en un futuro no muy lejano, os puede pasar factura. Doy fe.
Las clavijas de afinación son selladas, así que no tenemos posibilidad de desmontarlas en profundidad para limpiarlas bien y lubricarlas. En su lugar, las aplicaremos una buena cantidad de lubricante 3 en 1 en los huecos móviles y accionaremos el mecanismo para que se reparta bien por el interior.
Empapamos un bastoncillo en lubricante 3 en 1 y aplicamos a los tornillos y muelles del puente. Hecho esto, podemos montar de nuevo el puente.
Montamos el resto del hardware y pasamos a colocar las cuerdas. La medida que yo utilizo para conseguir la longitud óptima de la cuerda es la siguiente: engancho la cuerda en el puente, coloco la mano a la altura del traste 12, tal y como podéis ver en la foto, y corto la cuerda con un alicate a la altura de la clavija de afinación correspondiente a esa cuerda. Recordad mantener la tensión al enrollar la cuerda y ordenad cada vuelta por debajo de la anterior.
Recordad poner un poquito de grasa en las selletas del puente donde apoya la cuerda y en el surco de la cejuela para mejorar la fricción y minimizar los problemas de afinación.
Las clavijas de afinación de este tipo llevan un tornillo en el eje de la palomilla. Si este tornillo está flojo, el mecanismo girará con facilidad. Podeís apretar un poco estos tornillos para regular la dureza del mecanismo y evitar que se giren con facilidad, desafinando el instrumento.
Hecho esto, solo nos quedan los ajustes básicos de curvatura de mástil, altura de cuerdas y pastillas, y quintaje. No los voy a explicar de nuevo por no repetirme, si los necesitáis los podéis encontrar en la sección de ajustes.
Una cosa más que tuve que hacer es cambiar el jack de salida, que se encotraba en mal estado, además de tener la soldadura de masa rota.
Lo sustituiremos por uno de la marca Switchcraft. En Madrid lo encontré por casualidad en AGL Musical, simpática tienda de Majadahonda donde tienen instrumentos y amplificadores muy interesantes. Si no, siempre los podeis pedir a Amptek o a Herrera Guitars en Barcelona.
Desmontamos el conector de la placa del jack.
Quitamos los tornillos y tapa de la electrónica para acceder al cable de salida. Vemos que el cableado está todo recogido con una brida, así que la cortamos y liberamos el cable de salida (el gris coaxial). Con ayuda de unos alicates de corte, lo pelamos con cuidado.
Estañamos los hilos del cable así como los contactos del conector jack y los soldamos como hemos visto en otros artículos. No olvidéis pasar el cable por el agujero del jack del cuerpo antes de soldarlo (¡importante!).
Colocamos el soporte del jack en su lugar, recogemos el cable dentro de la electrónica y volvemos a colocar una brida pequeña para dejarlo tal y como estaba, dejándole un poco de recorrido libre al cable por si alguna vez tenemos necesidad de extraer el jack.
Hecho esto, ya solo nos queda el último pulido al cuerpo con un trapo limpio de microfibras y un producto especializado tipo Gibson Pump Polish o Duesenberg The Cleaner y ya podremos disfrutar de nuevo de nuestro remozado y otrora marginado instrumento. Que no vuelva a suceder!!