CAMBIANDO UN PUENTE TUNE O MATIC

El puente Tune o Matic fue introducido por Gibson en el año 1954 y su diseño sencillo presentaba grandes mejoras sobre el tradicional puente cordal que había empleado hasta la fecha en la mayoría de sus modelos, tanto en estabilidad de afinación, sustain y facilidad a la hora de cambiar cuerdas. Hoy en día es el tipo más popular empleado en guitarras tipo Gibson (Les Paul, SG, Flying V, Explorer…). Un puente fijo que consta de dos partes, la primera, la pieza donde apoyan las cuerdas en silletas individuales y ajustables para conseguir la entonación correcta, y una pieza de cola donde van ancladas las cuerdas. Cada una de estas piezas va sujeta al cuerpo con dos tornillos ajustables en altura, que nos permitirán corregir la acción de las cuerdas.

El instrumento que nos ocupa hoy se trata de una copia coreana de la famosa Gibson SG. Samick SG Artist Series, una guitarra de finales de los 90, con una construcción soberbia, y una capa de laca soberbia también.

En mi opinión, en balance, es un muy buen instrumento. Está bien acabado, el mueble de caoba es genial y tiene uno de los mástiles más cómodos que he probado nunca (y he probado unos cuantos). Virtudes muy importantes, está claro. Por el contrario, como buena guitarra Made in Korea, presenta algunos defectos fruto del abaratamiento de costes, también importantes, aunque a mi entender, corregibles. Esto es: pastillas y electrónica mediocres, cejuela de plástico, y puente de vaya usted a saber qué material.

Las pastillas están cambiadas. Varias veces, además. He tenido puestas una pareja de Dimarzio Breed y Air Norton, puente y mástil respectivamente que más tarde, unas pasaron a otra guitarra más acorde con la filosofía de esas pastillas. Después unas PRS #6 que no me gustaron mucho y finalmente, una Dimarzio Classic PAF en mástil y Air Classic en puente que son las que lleva actualmente.

La cejuela de plástico será sustituida en breve por una de hueso. Futuro post.

Hoy, de lo que trata este artículo es del puente. La necesidad de cambiar el puente viene dado por el opaco sonido de esta guitarra. Tiene buen sustain y un sonido muy cálido, tanto, que el brillo nasal tan característico de la SG original no existe.

Como acabo de comentar, esta guitarra ha tenido varios cambios de pastilla, de lo más variado. Pastillas de alta, media y baja ganancia, buscando precisamente ese tono parecido al de su prima mayor. La búsqueda ha sido infructuosa todo este tiempo, tanto que me llevó a colocarle potenciómetros de volumen de 1 M ohm tratando de extraer  precisamente, esos agudos y esa claridad que esperaba de pastillas de concepto más vintage. Así que hace tiempo ya, empecé a sospechar que el problema no estaba en las pastillas, si no en otro lugar. Por algún motivo, tenemos metidos en la cabeza que el tono de la guitarra lo dan principalmente las pastillas, y suele ocurrir que pasamos por alto lo más evidente.

El día que realmente me di cuenta de la importancia del puente en el tono final de la guitarra fue cuando cambié en mi Stratocaster roja un puente tipo vintage con bloque de acero marca Wilkinson por un soberbio puente vintage con bloque de acero marca Fender. Para empezar, aunque el bloque de ambos era de acero, el Fender pesaba bastante más. Una vez montado en la guitarra, el cambio, en todos los sentidos, fue espectacular. El sustain, la calidez y el ataque mejoraron un 100%. Pasó de sonar parecido a una Fender , a sonar a Fender. Desde ese momento me tomé el papel del puente en una guitarra mucho más en serio.

Y así fue como decidí embarcarme en esta mejora. Y lo que empezó como una sencilla modificación, terminó, más o menos como la obra del Escorial…

Lo primero era localizar el nuevo puente. En relación calidad-precio, una de mis marcas favoritas de hardware es Gotoh. Fabrican un puente fenomenal por un precio bastante contenido. Igual si la guitarra se hubiese tratado de una Gibson, hubiese invertido un poco más en un puente TonePros, que además de estar fabricados de un buen material, todas sus piezas móviles son bloqueables mediante un tornillo, lo que aporta un tono y un sustain que mejora bastante al diseño original, a la vez que evita desajustes de entonación y altura cuando se cambian las cuerdas.

Lo que hay que tener en cuenta a la hora de comprar el puente, es, como siempre, las medidas. Ya comenté en otro artículo que existen dos sistemas de medidas, el imperial y el sistema métrico. El primero lo encontraremos en guitarras fabricadas en USA y el segundo, en las fabricadas en el resto del mundo. Por lo general, claro.

Para saber las medidas del vuestro, podéis medir con una regla desde la mitad de un tornillo que sujeta el puente al cuerpo, al otro.

En mi caso, compré este: http://www.herreraguitars.com/productos/tunomatic_gotoh_moderno

Y esta pieza de cola: http://www.herreraguitars.com/productos/cordal_lp_gotoh

Como veréis, son piezas construidas bajo el sistema métrico, ya que la guitarra está fabricada en Corea.

Con los recambios en mi poder, es hora de desarmar la guitarra. Mi idea es cambiar también las piezas que se incrustan en el cuerpo de la guitarra y donde van enroscados los tornillos que sujetan el puente al cuerpo y regulan la altura del mismo. Esto es fundamental para conseguir una mejora en el tono. Las piezas entre las cuerdas y la madera deben ser del material bueno.

Quitamos las cuerdas, el puente y el cordal y desenroscamos sus correspondientes tornillos. Voy a aprovechar para hacer una modificación en la electrónica y pulir un poco el cuerpo, así que, para trabajar mejor, la desnudamos entera. Como voy a trabajar la electrónica, en lugar de desoldar cable por cable, los corto con el alicate a la altura de la soldadura, que es más rápido.

El siguiente paso es sacar las piezas que van incrustadas en el cuerpo. Tras darle algunas vueltas al tema y buscar por la red encontré artefactos caseros, fáciles de construir, pero, no nos engañemos, es un rollo tener que buscar las piezas para montarlos. Tenía que haber algo más sencillo aún. Lo hay y funciona!! Tres tornillos de diferente tamaños.

Primero metemos el pequeño al fondo del agujero, que la cabeza apoye contra la madera del fondo. Después, empezamos a enroscar el propio tornillo (el original) del puente y ayudándonos con el destornillador lo apretamos hasta el final. Veremos cómo la pieza incrustada empieza a salir.

En la foto se puede apreciar el material tan lamentablemente malo del que están fabricadas estas piezas. Hay una gran diferencia con las Gotoh nuevas.

Repetimos esta operación con las otras 3 restantes piezas.

Una de ellas lleva el cable de masa que conecta el hardware con la masa de la electrónica. Lo guardamos para que no se pierda.

Llegados a este punto, cuando nos las prometíamos muy felices pensado que esto iba a ser sacar una pieza y meter otra, nos llega el batacazo contra la cruel realidad de las medidas de los fabricantes. Las piezas que se incrustan en el cuerpo del puente nuevo son 1mm más estrechas que el agujero donde van alojadas en la guitarra, con lo cual, bailan y no se sujetan, y además son un par de milímetros más largas.

Probablemente este puente esté pensado para modelos Les Paul, cuyo grosor de cuerpo es mayor. O quizá simplemente el fabricante coreano hizo las piezas como le dio la gana.

La cosa se pone peliaguda, pero no imposible. Nos hemos gastado la pasta y hemos desmontado la guitarra entera. Ya no hay marcha atrás.

Lo que vamos a hacer a continuación es rellenar los agujeros de madera y volver a taladrar para hacerlos a la medida correcta de las nuevas piezas del puente. Ahí es nada. ¿¿Quién dijo miedo??

Para ello nos vamos a valer de tubillón de montaje, del que se utiliza para ensamblar muebles, esos pequeños cilindros de madera estriados, del grosor del agujero.

Si no los encontrásemos, podemos comprar una varilla estriada del grosor de los agujeros a rellenar (10 mm en mi caso). Si tampoco la encontramos estriada, la podemos comprar lisa y hacer nosotros las estrías. Este fue mi caso.

Lo primero que haremos será medir la profundidad de los agujeros. Tan sencillo como introducir, por ejemplo, la punta de un destornillador, hacerle una marca a ras del cuerpo y medir con una regla la distancia. Una vez tengamos la profundidad, cortaremos la varilla a esa medida.

Una vez tengamos las cuatro piezas cortadas, pasamos a hacerle unas estrías. Las estrías son sumamente importantes en lo que vamos a hacer. La idea es rellenar los agujeros con cola blanca y estos cilindros de madera. Si el cilindro es liso, no bajará hasta el fondo, pues la cola se quedará abajo y no permitirá incrustar el cilindro. Sin embargo, si tiene estrías, el exceso de cola escapará por estas, se repartirá por las paredes y el cilindro bajará hasta abajo.

Así que, con ayuda del disco de corte del mini taladro, hacemos unos pequeños cortes. Recordad usar gafas de protección siempre que uséis esta herramienta.

Ahora probamos que los cilindros encajen en los agujeros de la guitarra. Deben quedar muy ajustados, pero a la vez, que se puedan meter con ayuda de un martillo. En mi caso quedaban un poco anchos aún, así que les di algunas pasadas con un papel de lija de 125 repartiendo los movimientos por todos lados, para que el desgaste sea uniforme. También les di forma en la punta para que entrasen mejor.

Hecho esto y comprobado que más o menos entran, echamos un poco de cola en el agujero de la guitarra. La cola más utilizada en lutheria es el famoso pegamento “Titebond”, pero para este tipo de reparaciones podeis usar cualquier cola blanca para madera de calidad.

En este caso no es algo muy crítico  porque este cilindro va a sujetarse más por entrar a presión en el cuerpo que por acción del pegamento. El pegamento será importante a la hora de taladrar el cilindro para hacer el nuevo agujero, pero no olvidemos que la pieza metálica del puente va también incrustada a presión.

Protegemos la zona con cinta de carrocero para evitar que el exceso de cola manche el acabado.

Colocamos el cilindro en posición y la guitarra sobre una base firme y plana. Ayudándonos con una maza de goma o martillo, lo metemos hasta el fondo.

Dejamos secar al menos 24 h. Pasado este tiempo, volvemos a cubrir la zona de alrededor y, con ayuda del mini taladro y una lija orbital, nivelamos el sobrante del cilindro para dejarlo a ras del cuerpo.

Hecho esto, ahora hay que medir exactamente el punto medio de los cilindros para hacer el taladro. Es sumamente importante que se haga con precisión, pues un error de milímetros puede hacer que las cuerdas se salgan del diapasón o que la guitarra no quinte bien.

Valiéndonos de una regla y dibujando una cruz es fácil hallar el punto central.

Con un punzón, marcamos de la forma más exacta posible ese punto. Este agujero nos servirá para que la broca no baile al hacer el taladro y se salga de su punto.

Empezamos a taladrar con una broca fina, para que al meter la grande, este agujero sirva de guía. No olvidemos mantener el taladro lo más perpendicular al cuerpo. Haced esto con mucho cuidado.

Medimos la longitud de la pieza del puente que vamos a incrustar en el cuerpo y marcamos la broca con un pedazo de cinta de carrocero, que nos indicará hasta que profundidad debemos calar.

Con sumo cuidado, pero manteniéndolo firme y recto, hacemos el agujero.

Para no acumular serrín que os impedirá ver por dónde vais, podéis ayudaros con una brocha para retirar el exceso.

Como recordareis, uno de los agujeros tenía un conducto que llegaba hasta el hueco de la electrónica, alojando el cable de masa que conecta el hardware con el resto de los componentes. Ahora, al haber metido el cilindro, ese agujero ha quedado cegado y hay que abrirlo para que pase el cable.

Si tenéis una broca fina de la longitud adecuada no tendréis problemas para volver a abrirlo. En mi caso no la tenía, así que usé el destornillador fino, que casualmente entraba por el conducto. Metiéndolo desde el hueco de la electrónica y girándolo (nunca golpeándolo, ojo, porque podría arruinar todo nuestro trabajo despegando la fina pared de madera que hemos hecho) a modo de taladro hasta que abramos el agujero. Después ya podemos dejar el cable pasado.

Llegados a este punto, ya está todo listo para introducir las piezas del puente.

Haceos con un tornillo que encaje en las piezas. En mi caso, era de métrica 8. Enroscaremos lo que podamos este tornillo (sin sobrepasar nunca la pieza, no nos olvidemos que no tiene fondo) y será el que golpeemos con el martillo para incrustar la pieza dentro del cuerpo. Proteged la zona con un trapo y apuntad bien. Si se os escapa el martillo podéis dejar marcado el cuerpo de vuestro instrumento de por vida.

Metidas las cuatro, podemos probar si todo lo hemos hecho bien. Colocamos los tornillos, el puente y la pieza de cola y ponemos la primera y la sexta cuerda (que habremos guardado sabiamente del juego que estaba puesto) para comprobar la alineación del puente con respecto al mástil. Si lo hemos hecho bien, ambas cuerdas deben quedar rectas dentro del diapasón, que no se salgan o se queden muy al borde.

Desmontamos todo de nuevo y pasamos a pulir el cuerpo. Yo utilizo los pulimentos marca Clover, especiales para guitarra. Son 4 y van de mayor grano a menor. Se deben utilizar trapos diferentes para pulir. Se echa un poco, del pulimento más grueso, en un trapo suave del algodón, y se frota en círculos suavemente hasta que el producto desaparece. Después se pasa al siguiente pulimento, cada vez más fino hasta terminar con el pulimento normal en spray.

Ya solo queda montar la electrónica, el resto de las piezas, cuerdas y los ajustes básicos de siempre. Altura de cuerdas, curvatura de mástil (no ha sido necesaria en este caso), entonación, etc.

En conclusión, debo decir que tenía razón. Incluso desenchufada la guitarra ha ganado en sustain y en resonancia de frecuencias medias y medias agudas. Incluso ese tono nasal de las SG también lo ha ganado.  La pastilla de mástil suena por fin crujiente y con mucho ataque, como corresponde a unas pastillas de salida baja.

La pastilla de mástil, aunque ha ganado también en claridad, sigue teniendo un exceso de graves para mi gusto y suena un poco descompensada con la pastilla de puente. Pero creo que en este caso, el problema sí que es la pastilla, porque, como he comentado, el sonido que proyecta ahora el mueble es completamente diferente. En fin, después de tanto curro, vamos a disfrutar un poquito de ella.

Hasta el próximo artículo!!