Como suele decir una amiga: cada uno es cada uno y seis media docena. Quien más y quien menos tiene extrañas aficiones, la cuales suelen verse raras o absurdas a ojos del resto de los mortales (los cuales también tienen lo suyo, por supuesto). Hay quienes trabajan horas extras por placer. Existe a quienes les gusta tirarse en paracaídas o quien sale a correr por las mañanas. ¡Incluso hay gente que sigue los deportes televisados!
Cuando eres un enfermo de las guitarras, te encanta entrar en tiendas nuevas. Mirar y tocarlo todo, aunque entres con la firme convicción de que no quieres (o no puedes) comprar nada. Si mezclamos esta afición con el turismo nos encontramos con un cóctel maravilloso: ¡país nuevo, guitarras nuevas! Oh, perdón… había olvidado el pequeño asunto de la globalización. Para bien y para mal, gracias a este maquiavélico invento del capitalismo podemos encontrar casi los mismos productos en la mayoría de los países de occidente (excluyendo a los pequeños fabricantes locales, obviamente).
El lejano Oriente
La cosa cambia un poco cuando hablamos de Japón. Cierto es que pese a ser un país oriental tiene los ingredientes económicos y mercantiles de occidente, por lo que podremos encontrar lo mismo que en el resto de tiendas en Europa y EEUU, pero tiene algo más: un prestigioso pasado (más incluso que presente) como fabricante de instrumentos de imitación de los famosos modelos estadounidenses. Y, lo más importante, una política de exportación bastante restrictiva. ¿Qué significa todo esto? Guitarras difíciles de ver en Europa y mercado de segunda mano de calidad y a muy buen precio.
De ruta por la alocada Tokio
Recientemente estuve en Tokio de visita y como buen enfermo de las guitarras, no pude resistirme. Me dí el capricho de hacer una ruta de tiendas. Obviamente, podemos encontrar tiendas repartidas por toda la ciudad, y teniendo en cuenta el gigantesco tamaño de esta, nuestra ruta podría quedar reducida a un par de tiendas y mucho viaje en metro. Por suerte, en la mayoría de los países asiáticos suelen encontrarse calles especializadas en un ramo. Japón no iba a ser menos. Existe una calle de las tiendas de guitarras y esa es: eh… vaya, lo siento, no soy capaz de encontrar el nombre de la calle… Los que ya hayáis estado en Tokio sabréis el lío que hay con los nombres y los números de las calles. Y los que no, preparaos para contar calles en el mapa.
El punto caliente
Por eso mismo, lo mejor es ir hasta la estación de metro de Ochanomizu, cruzar el puente del río Kanda y bajar toda esa calle recto, hasta el final donde encontraréis hasta 19 tiendas de instrumentos en las que saciar vuestro apetito.
Las imágenes que os muestro son de Google Maps, lo siento. Estaba demasiado ocupado alucinando entre tanto instrumento como para hacer fotos o hablar…
Muchas de ellas son tiendas de varias plantas y en cada una podemos encontrar instrumentos separados por clase: eléctricas, bajos, acústicas, semi huecas, hi-end…
Como contaba más arriba, nos toparemos como siempre con Gibson, Fender, Ibanez, Gresth, Epiphone y Squier, Cort, Martin, etc. Pero también en gran cantidad con marcas japonesas como ESP, Schecter, Ibanez J. Custom, Moon o las para mí verdaderamente interesantes: Fender Japan, Tokai, Burny, Greco o Edwards.
Estas últimas marcas ganaron su renombre mayormente en los años 70 y 80, durante los cuales fabricaron copias de instrumentos que vapuleaban en calidad de componentes, acabados y sobre todo en precios, a los originales norteamericanos, que precisamente en esos años no vivieron su mejor momento.
Consejos útiles
Mis recomendaciones, basadas en mi experiencia:
-Los instrumentos, pedales y accesorios de marcas que todos conocemos suelen ser más caros que en Europa o EEUU. No vayáis con la esperanza de comprar una Gibson nueva a precio de ganga.
-No tengáis miedo de pedir probar cualquier instrumento, ¡estáis en Japón, el país de la amabilidad desmesurada! Os atenderán con una sonrisa de oreja a oreja, aunque también estarán todo el rato a vuestro lado mientras probáis. No se lo tengáis en cuenta, ellos son así.
-Fuera prejuicios a la hora de probar imitaciones japonesas ni perdáis la oportunidad de probar las guitarras de segunda mano antiguas. Aunque os resulten sospechosamente baratas, podéis encontrar auténticas joyas.
-Recordad llevar el pasaporte encima, lo necesitaréis si finalmente os decidís a comprar algo para poder solicitar la devolución de los impuestos en el aeropuerto y ahorraros un buen dinerito. Aquí se explica cómo hacerlo.
Espero que os sirva de ayuda y disfrutéis de instrumentos que no se suelen ver todos los días y menos aún en tal variedad. Y cuando os sentáis desfallecer después de horas de onanismo guitarrero siempre podréis reponeros con un rico bol de ramen en cualquiera de los establecimientos de los alrededores… Tokyo rocks!!
Ochanomizu street!
Hola, Llevo un tiempo construyendo guitarras eléctricas (aunque con 16 años, hace 25, y sin YouTube ya hice la primera… un desastre jijiji) y leyendo tus entradas en varios de los grupos de Facebook de lutheria a los que estoy apuntado. He entrado hoy en tu web a curiosear un poco. Vivo en Madrid, muy cerca de donde tienes el taller… ojalá algún día pueda hacerte alguna visita. Básicamente te dejo este comentario porque en mayo me iré a Tokio por trabajo durante 5 meses así que espero encontrar la calle que indicas y con un poco de suerte incluso ampliar todo esto y contactar con algunos luthiers locales. Me interesa también el “woodworking” en general y ya sabrás que los japoneses para eso son unos cracks! Un saludo
Hola Rubén, gracias por tu comentario!
Eres bienvenido a mi taller siempre que quieras! me encantaría compartir conocimientos y experiencias con alguien como tu, seguro que sacamos algo interesante! 😉
Si no has estado en Tokio nunca, espero que te enamore tanto como a mi. Yo tengo programado volver allí a hacer un trabajo para el verano que viene, así que agradecería toda la información que puedas recabar y completar (5 meses allí te van a cundir mucho, sin duda!).
Desde luego, la carpintería y ebanistería de los japoneses en particular y los asiáticos en general es muy, muy alucinante. Son unos auténticos maestros, no solo de los ensambles en madera, sino también de la talla. Mucha paciencia y mucha maña.
Pues nada, como estamos a golpe de mensaje, hazme una visitilla el día que quieras. Eso sí, avísame antes y paso el cepillo por el taller 😉
Abrazos!
Javi