Hoy os traigo una pequeña review de uno de mis amplificadores favoritos, el Marshall Vintage Modern 2266C.
¿Qué hace a este discreto y poco conocido modelo tan especial? Pues que ofrece el gran tono y simplicidad de uso de un Marshall clásico con un precio asequible. Y algo más, algunas cosas acertadas y otras, no tanto. Vamos a ir desgranándolo poco a poco.
Debo decir que descubrí este modelo hace algunos años, cuando el gran Paul Gilbert comenzó a usarlo. Tuve la oportunidad de verle varias veces con él y fue donde me di cuenta del gran potencial que tenían estos equipos.
Esta serie, aparecida alrededor de finales de 2007 y descatalogada en 2012, englobaba dos cabezales de 50 y 100 W respectivamente, un combo 2×12 de 50W (el que hoy analizamos) y dos bafles 4×12, recto e inclinado. Dicho modelo está concebido como contrapunto de los modernos y sofisticados amplificadores que Marshall ha estado desarrollando en los últimos años, ya que se trata de una vuelta a los orígenes del fabricante, donde el tono primaba por encima de las prestaciones.
Como acabo de apuntar, analizamos la versión en combo del amplificador, cuyo mueble de madera laminada viene cargado con dos altavoces Celestion Greenbacks de 25 W. Estos altavoces corresponden a una serie que se fabricó especialmente para Marshall con motivo del lanzamiento de la reedición de los amplificadores y pantallas signature de Jimi Hendrix. Este famoso modelo de altavoz que podemos encontrar tanto en reediciones de amplificadores vintage (Marshall, Vox, Orange, etc) como en los originales, se caracteriza por un cierto realce en frecuencias medias si lo comparamos con los excelentes y más planos Vintage 30, modelo también de Celestion que se ha convertido en un estándar de calidad en la industria.
El tólex del amplificador es de color morado oscuro aunque también se editó en el clásico negro. Dispone de dos asas laterales para facilitar el transporte entre dos personas, además de la clásica asa superior, lo cual se agradece ya que aunque el formato del combo es bastante compacto para tratarse de un 2×12, tiene un peso de 30 kg. El mueble en general está bastante bien acabado y es robusto, sin vibraciones indeseadas incluso a altos volúmenes. Como dato curioso, es un mueblo cerrado por detrás, lo que le resta la expansión sónica característica de los combos; pero, por otro lado, esto revierte en un tono mucho más contundente y compacto, ideal para grabaciones o directos, situaciones en las que el equipo va microfonado.
Respecto al amplificador, como ya he comentado, es mono canal, lo que significa que solo dispondremos de un tipo de sonido: o bien limpio, o bien saturado. Bueno, más o menos. Cuando los ingenieros de Marshall se pusieron a diseñar este amplificador buscaban aunar los sonidos del guitarrista de rock moderno, aquel que siente una gran devoción por los sonidos de los primeros Marshall pero que a la vez necesita un buen montón de ganancia disponible para los requerimientos del rock de hoy. Imagino que su idea fue meter en un mismo amplificador un JTM45 y un JCM800 y aunque no nos debemos engañar ya que este equipo no es ni una cosa ni la otra (no tiene la personalidad del JTM45 ni la brutalidad del JCM800), en mi opinión, la criatura final no salió mal del todo.
El punto clave del diseño de este amplificador es la forma en que interactúa con los controles de volumen y el tono de la guitarra. Al más puro estilo de los amplificadores vintage, tiene toda la ganancia con el volumen al 10 y girándolo un poco, ese precioso limpio roto de los antiguos Marshall. Aprender a usarlo de esta manera aumenta exponencialmente su versatilidad, además de que es probable que nunca vuelvas a querer oír hablar de un ampli moderno.
Pese a ser mono canal, este amplificador dispone de dos rangos dinámicos, originalmente llamados Low y Hi. En el primero de ellos encontraríamos un abanico de sonidos más propios de los primeros Marshall, un limpio que rompe con mucha facilidad y un precioso crunch con los controles de ganancia al máximo. El rango Hi, sin embargo, añade una etapa más de saturación en el previo para llegar a sonidos más distorsionados y hard rockeros. Aunque sean conmutables vía footswitch, yo personalmente no los encuentro nada útiles como canales independientes por la gran diferencia de volumen entre ellos.
Otra de las características curiosas de este ampli es la inclusión de dos controles de ganancia separados que actúan cada uno en un rango de frecuencias. Body actuará sobre el carácter de los graves de la distorsión y Detail, sobre los medios agudos. Esto permite tener un control mucho más preciso sobre el tono, que como he comentado antes, era uno de los objetivos del diseño. Marshall recomienda dejar la ecualización plana y ajustar tu tono con los controles de Body y Detail y, una vez consigas un tono que te guste, retocar con los controles de graves, medios y agudos.
Disponemos de un realce de frecuencias medias (Mid Boost) que además aumenta el nivel de distorsión de una manera desproporcionada, en mi opinión, y una reverb digital de la que es mejor ni hablar.
En el panel trasero nos encontramos con la salida para altavoces externos, el selector de impedancia (4 y 8 ohm), y un loop de efectos serie que se puede puentear en caso de no usarse (bypass) y que cuenta con un selector de nivel +4dB para equipos de procesado de efectos profesionales, racks, etc. O bien -10dB, más adecuado para pedales.
También está aquí la toma de corriente, el fusible de la fuente de alimentación y el de alta tensión y la toma para el footswitch que controla los rangos dinámicos y la reverb.
Hasta ahora hemos hablado de un amplificador casi mágico que por un precio contenido ofrece los clásicos tonos Marshall de sus mejores épocas. Entonces… ¿dónde está el truco?
Supongo que lo habéis adivinado. El truco está en la construcción. En un ampli como el que he descrito uno se espera encontrar soldaduras punto a punto, componentes electrónicos esotéricos, transformadores Mercury Magnetics… pero no. Y aunque hoy en día las corrientes de pensamiento en los foros digan lo contrario, también existen excelentes amplificadores fabricados con PCB.
Al igual que comentaba en la review que hice del VOX AC30CC2, pese a una fabricación convencional, el resultado final es bueno.
Este amplificador cuenta con válvulas de potencia KT66 de Sovtek, que son la versión europea de las 6L6 que montaban los equipos Fender al otro lado del charco. Estas son las válvulas que empleó Marshall en sus amplificadores hasta los años 60. Las válvulas de previo son 4 ECC83. Esta mezcla de válvulas es fundamental para conseguir esta paleta de sonidos tan peculiar.
Los transformadores son Dagnall, un clásico proveedor de estas piezas para Marshall desde hace décadas.
El interior es justo lo que se espera de una fabricación en serie de electrónica. Limpieza, orden y pulcritud.
Los potenciómetros de plástico son un detalle que podrían haber mejorado. Funcionan correctamente, de todos modos.
La horrible reverb digital de la que es mejor no hablar…
El potenciómetro de ajuste de BIAS que facilitará la vida a muchos técnicos a la hora de cambiar válvulas.
En conclusión, es un buen equipo para aquellos a quienes les guste el crudo y clásico tono de Marshall y no puedan permitirse el dineral que cuestan las reeditadas Vintage Series o los originales de la época.
Se trata de un amplificador con una construcción más que correcta (no nos olvidemos de que no es un ampli de boutique) y que funciona sorprendentemente bien. Tonos muy bonitos, muy setenteros, muy dinámico y con el que se puede hacer maravillas únicamente añadiendole un pedal de boost.
Ya lo dije al principio de este post y es que es uno de mis amplificadores favoritos, no solo por el tono que entrega sino también porque me ha hecho entender que la interpretación gana enormemente si eres consciente de cómo funcionan esos botoncitos que lleva tu guitarra (que se llaman Volumen y Tono) y más si el amplificador que usas interactúa con ellos de una manera tan interesante como este.
Un gran equipo, sin duda, y de las mejores relaciones calidad/precio en la historia de Marshall, en mi opinión. ¡Súper recomendable!
Buena review.. Pero un ligero matiz.. El jcm 800 al menos el original NO ES BRUTAL más bien todo lo Contrario..
Hola! pues no entiendo tu puntualización. Podrías explicarte?
Gracias y saludos!
buen equipo yo lo uso en directo..