FENDER STANDARD TELECASTER MIM

Hoy os traigo una prueba de la Fender Standard Telecaster Made in Mexico.

Como ya sabéis, aquella Jack&Danny TL que compré como guitarra de batalla me abrió el apetito de las Telecaster, y aprovechando que un buen amigo compró hace unos meses una Fender Tele MIM, no pude resistirme a pedirle que me la prestara y comprobar de primera mano los mitos y verdades que de ellas se dicen a lo largo y ancho de la red.

Y si algo es cierto, es que decirse, se dicen muchas cosas de este modelo, la Telecaster más básica que sale de la fabrica de Ensenada, pero en resumen, obviando a detractores y amantes poco objetivos, es que son instrumentos que no están nada mal, que han mejorado su calidad un montón en los últimos años y que llevan el espíritu Fender con bastante dignidad. Obviamente, estos datos son muy genéricos y no nos llevan a ningún sitio, así que hoy trataré de aportar algo más objetivo y después, mi opinión personal.

Podéis encontrar las especificaciones de la guitarra en la web de Fender, así que empiezo con el repaso directamente y comento sobre la marcha.

Mástil

Una de las cosas más interesantes de esta guitarra, desde mi punto de vista, es el mástil de arce de una sola pieza que monta. Leo en las especificaciones de la web de Fender: “Acabado satinado en la parte trasera del mástil y acabado brillante en la pala”. Irónicamente, en la que tengo yo es exactamente al revés, no sé si se trata de esta unidad en concreto o en todas. El tinte del mástil es de un bonito tono tostado. La forma es, como en la mayoría de los instrumentos modernos Fender, en “C”.

Sobre el acabado del mástil debo notar el prematuro desgaste en la zona del diapasón. Seguramente a los amantes del fenómeno “relic” les encantará esto.

Los trastes son Médium Jumbo con un acabado más que correcto y una cejuela de hueso sintético (bonito detalle) bien acabada.

Respecto a los clavijeros son los estándares de Fender, no muy buenos ni tampoco muy malos. Hacen su función sin muchas florituras… quizá uno de los puntos a cambiar en el futuro.

Una de las cosas que llaman la atención es que solo hay un retén de cuerdas, lo que provoca que tanto la 3ª como la 4ª cuerda entren en un ángulo no muy correcto que probablemente dé problemas de afinación. Yo recomendaría quizá añadir otro retén o trabajar sobre la cejuela para que las cuerdas salgan con un angulo mayor al clavijero.

Respecto al tacto resulta bastante cómoda. Los trastes Medium Jumbo y el radio de diapasón de 9.5” nos permiten una ejecución cómoda. Es cierto que probablemente con un ajuste más fino de la cejuela permitiese una acción de cuerdas más baja, pero igual perderíamos un poco del carácter de esta guitarra. Hasta el mismísimo Robben Ford declara que la Telecaster es una guitarra con la que hay que luchar un poco.

Un detalle feo que encuentro es la separación en las uniones del mástil y el cuerpo, y mucho peor el ensanchamiento en el zócalo del mástil. Todo este hueco resta transmisión de vibraciones entre el mástil y el cuerpo. Personalmente me parece un grave fallo que deberían cuidar en fabrica.

Cuerpo

El cuerpo es de madera maciza de aliso, la madera más utilizada por Fender. No estoy seguro de cuántas piezas lo componen debido a su color blanco opaco, pero seguramente, tal y cómo me contaron en el tour por la fabrica de Fender en Corona, en acabados como este pueden llegar a componerlo hasta 7 piezas.

El acabado es poliéster (no muy delgado, por cierto), lo cual nos asegura que la guitarra aguantará muchos años como nueva si la usamos de una manera normal. En este caso el acabado es un precioso blanco, que aunque en la web lo marquen como “Artic White” está bastante más cerca del “Olympic White”, en mi opinión.

El diseño del cuerpo es el clásico de Telecaster, sin los modernos rebajes estilo Stratocaster (contour body) que llevan ahora las nuevas “American Standard Telecaster”. Un solo cutaway donde la ejecución de las notas en los trastes superiores se aleja de la comodidad de guitarras más modernas.

Puente fijo Telecaster con un diseño moderno, 6 caballetes independientes para poder ajustar la entonación de cada cuerda de forma precisa, sin solapas laterales y con cuerdas a través del cuerpo. Precisamente uno de los detalles que no me ha gustado es que las piezas que retienen la cuerda por la parte de detrás del cuerpo sobresalen bastante de este.

Electrónica

Respecto a la electrónica, la guitarra monta dos pastillas cerámicas single coil standard Telecaster, o lo que es lo mismo, “ahorramos en esto y montamos las pastillas más normales que tengamos por aquí porque sabemos que es lo primero que le vais a cambiar…” y personalmente debo añadir que sería otra modificación que yo le haría a esta guitarra.

La pastilla de mástil suena prácticamente igual de grave y sin matices que la de mi Jack&Danny TL y la de puente, aunque objetivamente tiene más cuerpo y presencia tiene, en mi opinión, una gran carencia de dinámica y unos agudos en ocasiones desagradables.

El resto de la electrónica, de buena calidad, lo componen un correcto conmutador de 3 posiciones (mástil / mástil + puente / puente), un potenciómetro de volumen y otro de tono de 250 K. El tacto de estos resulta correcto y sorprendentemente se trata de CTS de 250K. Respecto a la acción de los controles cabe destacar el recorrido feo y poco usable del de tono, seguramente debido al condensador y su valor. Recomiendo cambiarlo por uno de calidad. Instala un cableado tipo moderno sin condensador de Treble Bleed.

Los huecos de la electrónica y las pastillas en teoría, según Fender, deberían estar apantallados con pintura (nos da la pista el tornillo de masa que va de las pastillas al cuerpo), aunque no está demasiado claro, como podeis observar.

El conector de Jack de salida es de tipo “cazoleta”. Cuidado si usáis conectores acodados Neutrik, pues da problemas ya que tropiezan las carcasas y el conector no llega a entrar del todo.

Conclusión

En términos prácticos es una guitarra digna, aunque no sé si llegaría a decir una Telecaster digna. Me refiero a que la Telecaster clásica tiene una personalidad propia, marcada por un sonido muy concreto que no termino de encontrar en esta guitarra… Bien es cierto que, según tengo entendido, los pilares básicos de una Telecaster clásica son: un cuerpo de fresno, mástil de arce, puente de tres silletas de bronce, cejuela de hueso y clavijeros Kluson… Esta no tiene nada de eso, exceptuando el mástil de arce, pero también es cierto que existen famosas Telecaster con cuerpos de aliso y diapasones de palorrosa (y puentes tipo Bigsby, etc) que han marcado también la pauta del sonido Telecaster…

El mueble parece bueno, así que vamos a darle un voto de confianza, con la esperanza de que con unas buenas pastillas e incluso con un puente de 3 silletas deje de ser un instrumento digno para pasar a ser una digna Telecaster.

Dado que esta guitarra ronda los 495 €, nada barata, no deberíamos desestimar otras opciones de otras marcas que, si no son absolutamente fieles al diseño de Fender (obviamente), hacen instrumentos con clara inspiración Telecaster y lo consiguen muy bien. Se me vienen a la cabeza, a bote pronto, las G&L Assat y las Ibanez Talman, pero hay muchas más.

Ahora, mi valoración subjetiva es que después de verla un tiempo en acción en manos de su dueño, conectada directamente a su amplificador Fender Hot Rod, es que esa preciosa Telecaster blanca es una opción genial para los que buscan la estética, funcionalidad y diseño espartano a prueba de bombas de la Tele, pero aún no han empezado a obsesionarse enfermizamente con el tono de su instrumento. Un buen instrumento, muy mejorable con algunas modificaciones y quizá un poco caro en mi opnión… pero el diseño original y la marca Fender, hay que pagarla, incluso para las fabricadas en Mexico.

Y después de esto, donde creo que os he dejado igual o peor, me despido hasta la próxima. Así es la vida!!

Unas últimas fotos al lado de su prima china: